El entrenador del VCF, Unai Emery, se encuentra con serios problemas a la hora de gestionar una situación en la que un futbolista tenga una falta de disciplina, viéndose obligado a presentar un doble rasero en busca de la solución imposible: contentar a todo el mundo y no enfadar a Llorente.
Con Miguel, Unai terminó harto y decidió enviarle al despacho del presidente, con Banega, Fernandes...han sido varias las situaciones en las que Emery ha tenido que tomar decisiones y en ninguna de ellas ha conseguido contentar al implicado, al resto de jugadores y a Llorente.
El último caso ha vuelto a poner de manifiesto que Unai no sabe cómo gestionar situaciones de este estilo, puesto que, Mathieu se confundió el pasado viernes y no acudió al entrenamiento. Se esperaba la reacción del entrenador, aunque lo tenía complicado: a Llorente no le gusta que deje fuera a los "disidentes" y al vestuario no le gusta que se perdone al que no cumple.
Unai tiene muchos problemas en el VCF, entre ellos, contentar a Llorente.
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