martes, 12 de noviembre de 2013

"Medianamente bien" a veces no basta

"Djukic tiene la confianza del consejo, el entrenador no tira los penaltis. (...) lo está haciendo medianamente bien". De esta manera se resume la postura del Consejo de Administración del VCF en relación a la, lamentablemente evidente, crisis deportiva que atraviesa el club. "El entrenador no tira los penaltis", evidentemente no, eso es una gran verdad que señala directamente a los futbolistas, que carga sobre los que se visten de corto y que deja al entrenador vendido ante ellos.

Un vestuario no es sencillo, fácil, ni siquiera cómodo, al menos uno como el del VCF y en un momento como el que atraviesa el VCF. De sobra es sabido que en otros momentos de la entidad, más exitosos, el clima era verdaderamente malo en el interior del vestuario, pero las victorias y los títulos ayudaban a que las penas, habiendo pan, fueran menos. Lamentablemente, no es el caso, no hay pan y parece que empieza a quedar solo algo de torta, algo rancia y con cierto olor a podrido.

El Consejo del VCF tiene muchos frentes abiertos, quizá demasiados y ahora toca asumir la torpe decisión de aguantar en el cargo a Braulio Vázquez, sin confiar en él, sin entender qué hacía allí y, lo más grave, con el convencimiento de que no alcanzaba el nivel para tal responsabilidad en el VCF. En este momento, sin estructura deportiva definida, sin máximo responsable que tome las decisiones, Djukic continúa en el VCF por dos motivos: el primero es que "lo está haciendo medianamente bien" y el segundo es que "el entrenador no tira los penaltis". Argumentos de peso ambos, sí señor, especialmente el asunto este de los penaltis.

El problema es que en el VCF hay que analizar algo más, no podemos quedarnos en que "el entrenador no tira los penaltis". Los discursos eficaces y populistas no son suficientes, sencillamente no lo son. Aunque el CLAIM (la frase resumen, el eslogan) "el entrenador no tira los penaltis" sea buena, al menos "medianamente buena", no es suficiente para analizar el problema del VCF y, evidentemente, no es suficiente, en ningún caso para resolverlo.

El VCF, tire quien tire los penaltis, no tiene un patrón de juego claro, no da la sensación de ser un equipo fuerte, potente, ni bien armado en el campo, muestra una falta de calidad terrible en determinadas posiciones, no acaba de encontrar una alineación definida y anda muy lejos de ser un equipo aguerrido y con personalidad. Por si todo esto fuera poco, el VCF no está consiguiendo los resultados que se esperan, el VCF, por resumirlo, no funciona. 

Ante la realidad de un equipo que no arranca, existe una serie de posibles soluciones, desde prescindir del entrenador, hasta fichar nuevos jugadores, cambiar el director deportivo, el consejo, el presidente, cambiar el preparador físico...Cualquiera. El asunto de fondo es si el VCF está en la línea que debe estar, es decir, si estamos o no en la dirección correcta, si esto va hacia algún sitio o no. 

Los problemas, evidentes, que tiene el VCF no se van a solucionar si toman decisiones basadas en quién tira los penaltis. Se espera otro nivel de toma de decisión, el VCF necesita otros argumentos, el valencianismo necesita creer, ilusionarse y disfrutar de esa grada naranja con su murciélago pero sin su gente. El nivel del VCF, al menos el nivel deseable, debe ir más allá de un "el entrenador no tira los penaltis" pero, sobre todo, métanse en la cabeza algo, no lo olviden nunca señores Consejeros del VCF, para el valencianismo, para la esencia e identidad de este club, "medianamente bien" no es suficiente, ni para un entrenador, ni para un Consejo de Administración.

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